Uno de los máximos goleadores argentinos, fue al vestuario a saludar al equipo pero no fue bien recibido por los jugadores.
Por lo que significó para la selección argentina, Gabriel Batistuta no se merece el destrato que recibió de los actuales futbolistas del equipo.
Su nombre es un emblema dentro de la selección argentina, es el segundo goleador histórico del combinado nacional detrás de Lionel Messi. Es el delantero que marcó una era. Todas esas descripciones parecen no ser suficientes para los jugadores del actual plantel nacional.
"Entré a saludar al vestuario de la selección y la mitad no me dio pelota", reconoció en diálogo con el programa Líbero, que se emite por TyC Sports. Sin embargo, el Bati no se enojó con lo sucedido: "Lo tomé como algo generacional, porque yo con estos pibes no tengo nada que ver".
El delantero que brilló en la Fiorentina y se despidió de la práctica profesional en el Al-Arabi de Qatar afirmó: "Me hubiese gustado que me saluden, pero no por quien soy, sino porque jugué y estuve en ese ambiente. No me hago mucho problema. En todo caso creo que no lo hicieron porque no lo sentían"