En la previa, había unas 1.800 personas de todo el país anotadas para intentar entrar al libro Guinness.
Tenían que flotar en simultáneo en el lago Epecuén para destronar a un grupo de personas de Taiwán, que hasta hoy era dueño del título. La convocatoria superó las expectativas y Argentina se convirtió en récord.
El desafío concreto era el siguiente: flotar en línea recta durante 30 segundos en las aguas saladas del partido de Adolfo Alsina, para superar la marca china. Se esperaban 2.000 inscriptos, pero hubo más de 3.000.
Entre los "flotadores" estuvo hasta el intendente local, David Hirtz, junto con otros funcionarios municipales, así como también Pablo Novak, el último habitante de la ex Villa Epecuén y cientos de vecinos de la localidad de Carhué, que el miércoles habían participado de una prueba piloto para ultimar detalles.
La fiscalizadora del Guinness Natalia Ramírez llegó desde Colombia para controlar el desafío. En el lugar, se montaron dos molinetes con contadores mecánicos para precisar la cantidad de personas que ingresaban a las aguas del lago Epecuén.
El método de conteo oficial establecía, además, que los participantes registraran su firma en planillas y se colocaran una pulsera numerada, divididos por "niveles de natación".