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jueves, 21 de enero de 2016

Murió una mujer por la picadura de una araña parda

Es una de las pocas especies venenosas que hay en todo el país. La víctima fue picada en el patio de su casa en Neuquén y falleció a los dos días. La familia criticó la actuación de los médicos.



Una mujer murió luego de ser picada por una araña parda en el patio de su casa en la localidad neuquina de Plottier. Su familia cuestionó los reiterados errores en el diagnóstico y la falta de fármacos. "No me interesa hacer la denuncia, porque a mi mamá no me la van a devolver. Sí me interesa que se capacite a los médicos ante estas situaciones", advirtió su hija.

Aunque el caso trascendió este miércoles, ocurrió el 4 de enero, cuando la víctima estaba jugando con sus nietos en el patio de su casa y se agachó para buscar agua. Según informó el diario LM Neuquén, en ese momento sintió el pinchazo, aunque pensó que se raspó con un rosal. Con el correr de las horas, la herida se hinchó y le empezó a doler el estómago. Entonces decidió concurrir al hospital, donde le diagnosticaron una infección, le dieron antibióticos y la mandaron de vuelta a su casa.

Sin embargo, su cuadro empeoró, por lo que regresó al hospital. "A esa altura, mi mamá tenía vómitos, fiebre, estaba descompuesta y tenía ampollas necróticas en la mano picada", recordó su hija. Pero ante la falta de un diagnóstico certero, al mediodía del día siguiente fue trasladada al Policlínico Neuquén. El chofer de la ambulancia fue el primero en hablar de picadura.

En la capital provincial le hicieron una tomografía, pero la falta de líquido de contraste dificultó la tarea de los médicos. Recién en ese momento ella mencionó que podía tratarse de una picadura y los médicos lo confirmaron.

Según la hija de la víctima, en el hospital tardaron unos 40 minutos en llevarles un formulario para solicitar la remisión de la medicación a otro centro de salud. No bastó: el 6 de enero murió. "Ya no le funcionaban los riñones ni los intestinos, luego tuvo una falla cardíaca y otra respiratoria", contó.



La Loxosceles laeta suele ser conocida como araña parda, araña de los rincones o araña del violín. Es una de las pocas especies venenosas que habitan en el país –en prácticamente todo el territorio– y suele esconderse en casas de familia, ya que busca lugares secos y oscuros. No obstante, no es agresiva: sólo ataca cuando se siente amenazada. Su veneno destruye los tejidos, provocando la muerte celular, y puede ser más peligroso que el ácido sulfúrico por su alto poder de penetración.

Frente a cualquier tipo de picadura, como de una araña, alacrán o serpiente, los expertos recomiendan –si es posible– matar al animal y acercarlo al hospital, ya que conocer la especie es fundamental para recetar un antídoto. Mientras tanto, es importante lavar la herida, aplicar hielo (no directamente, sino mediante una bolsa), mantener al paciente en reposo y controlar su temperatura.